PERU .....LUCHA POR DENOMINACION DEL PISCO

Perú celebró recientemente el Día del Pisco, producto típico del país, con la promesa de mejorar su calidad, elevar las exportaciones, pero, sobre todo, con el férreo compromiso de defender su origen peruano.

Perú sostiene una larga pugna por la denominación de origen del aguardiente de uva ante la Organización Mundial de Propiedad Intelectual (OMPI) con Chile, país donde se produce un licor similar, que los chilenos también llaman pisco, alrededor del cual han creado una industria de exportación que supera en cifras a la peruana.

La polémica sobre las raíces del licor espirituoso se agravó esta semana cuando la ministra peruana de Comercio Exterior y Turismo, Mercedes Aráoz, sugirió compartir con Chile la denominación de origen.

Tras las encendidas críticas de los productores y defensores del típico licor peruano, la ministra dio marcha atrás al indicar: "en algún momento dije que si tuviéramos que compartir la denominación de origen tendríamos que evaluarlo. Quizás no usé el verbo correcto, pero no está en nuestro análisis" compartirlo.

Esta semana también se conoció que Chile desplazó a Estados Unidos como principal destino del pisco peruano al adquirir durante los primeros cinco meses de 2007, 31 por ciento de las exportaciones frente a 30 por ciento comprado por los estadunidenses.

En los primeros cinco meses del año Perú exportó pisco por 313 mil 533 dólares, 239 por ciento más que en mismo periodo del año pasado.

Sin embargo, el licor que ingresa a Chile no lo hace con la denominación pisco, sino como aguardiente de uva, lo que ha provocado la reacción de algunos productores criticando a sus colegas por vender a los chilenos sin hacer respetar el nombre pisco.

La bebida es un aguardiente de uva, que se elabora en el sur de Perú desde el siglo XVI, y que los productores obtienen de la destilación del fermento del jugo de uva o mosto. El pisco, palabra quechua que significa avecilla, toma el nombre del puerto (fundado en 1590) ubicado a 300 kilómetros al sur de Lima, desde donde se transportaba el aguardiente hacia España y diversos países de América del Sur hace más de cuatro siglos.